Para mantener la cabeza ocupada y hacer algo de probecho que en un futuro pudiera servirme, pero sin atraerme demasiado, me puse a hacer un curso de Formador Ocupacional "Formador de Formadores", el cual duró casi seis meses, seis horas al día de lunes a viernes, (se me hizo bastante pesado, pues no me veia yo impartiendo clases como monitora) a pesar de que el curso era interesante.
Un buen día a mediados del curso de repente suena el teléfono, era mi amigo Javi, quería que me fuera a trabajar con él durante la Semana Santa del 2007 como peón de albañil y de lo que hiciera falta, para las obras de un bar que se traspasaba.
Sin apenas pensarlo accedí, unos ingresos extras me vendrían genial (pensé yo). Javi había reclutado a nuestro grupo de amigos para trabajar con él, entre ellos electricistas, fontaneros y la carpintera que era yo, pues, evidentemente al final terminé cojiendo la carpintería del bar.
Paulino el nuevo dueño del local, quería traerse la barra de su antiguo bar a este, ya que era mucho más grande y de mejor calidad, de madera de tulípero.
Pues así fue, de repente entre una cuadrilla de cinco hombres y yo, desplazamos la barra de un local a otro y la adaptamos encima de la antigua barra.
Como se muestra en las fotos las barra estaba bastante deteriorada, tenía que quitarle todo el barniz, limpiar y rellenar los huecos que había entre la unión de la madera, cepillarla, lijarla y barnizarla.
Nunca había trabajado por cuenta propia y apenas disponía de herramientas para este tipo de tareas, así que tiré de móvil y entre antiguos compañeros de oficio, amigos y alguna maquina que me tuve que comprar con el dinero que en teoría iba a ganar, conseguí todo lo necesario para sacar la faena "pá lante".
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